La siguiente es una carta
escrita por Marco Aurelio (año 144-145 a.C.) a Fronto, que expresa la esencia
de lo que es el cuidado de sí, el preocuparse por sí mismo propuesto por el estoicismo; la carta habla de la vida cotidiana, de los
movimientos del espíritu, es un análisis sobre el sí mismo; todos los detalles del cuidado de sí están aquí, todas las cosas hechas mecánicamente que, sin embargo, resultan importantes porque se
refieren al sí mismo, a lo que ha pensado, lo que ha sentido:
Estamos bien. Me desperté algo tarde debido a un leve resfriado que
ahora parece haber disminuido. Desde las cinco de la madrugada hasta las nueve
me dediqué, en parte, a leer algo de la Agricultura de Catón, y, en
parte, a escribir, gracias al cielo, un poco menos miserablemente que ayer.
Luego, tras haber presentado mis respetos a mi padre, alivié mi garganta, no
diré que con gargarismos — aunque la palabra gargarisso se encuentra, me
parece, en Novius y en otros lugares — sino tragando agua con miel hasta la
garganta y volviéndola a escupir. Después de haberme calmado la garganta fui a
ver a mi padre y le ayudé en el sacrificio. A continuación fuimos a almorzar.
¿Qué crees que comí? Un poquitín de pan, a pesar de ver a otros devorar
habichuelas, cebollas y arenques llenos de huevas.
Después trabajamos duramente recogiendo uvas, sudamos muchísimo,
estábamos alegres, y, como dice el poeta, «aún dejamos algunos racimos colgando
de lo alto como restos de la vendimia». Después de las seis de la tarde
volvimos a casa. Trabajé poco y, además, sin rumbo alguno. Luego tuve una larga
conversación con mi madre mientras ella estaba sentada en la cama. Mis palabras
fueron: «¿Qué crees que estará haciendo mi Fronto?», y las de ella: «¿Y qué
crees que estará haciendo mi Gracia?», y de nuevo las mías: «¿Y qué crees que
nuestro gorrioncillo, la diminuta Gracia, estará haciendo?» Mientras
charlábamos de esta manera y nos peleábamos para saber cuál de nosotros dos os
quería más al uno o al otro de vosotros dos, sonó el gong, una indicación de
que mi padre había ido a bañarse. Así, cenamos tras habernos bañado en el
lagar. No quiero decir que nos bañáramos en el lagar, sino que una vez que nos
hubimos bañado, cenamos allí y disfrutamos escuchando bromear a los patanes. Al
volver, y antes de darme la vuelta para empezar a roncar, cumplo mi tarea y le
doy a mi maestro más querido un relato de lo que he hecho durante el día, y
aunque pudiera echarlo más de menos, no podría sufrir más por desperdiciar sus
enseñanzas.
Adiós, mi Fronto, donde quiera que estés, mi dulce vida, mi amor, mi
alegría.
¿Cómo está la cosa entre tú y yo? Te quiero y tú estás lejos.”
Referencia bibliográfica:
La carta es citada en: Foucault, Michel. Tecnologías del yo y otros textos afines, Barcelona: Paidós, 1990.
ACTIVIDAD
Después de haber leído la carta de Marco Aurelio, realizar un ejercicio de escritura similar sobre las cosas hechas el día anterior, agregando todos los
detalles que sean posibles.
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